En la mayoría de las carreras que se ofertan en los países, se tiene ya contemplado la enseñanza de la calidad como una herramienta más de conocimiento para el alumno en función de que al momento de ingresar a una organización para ofertar sus servicios, esta pueda generarle una inducción más rápida bajo la premisa de que entiende los conceptos de calidad.
Sin embargo, las escuelas enseñan únicamente los aspectos teóricos de las diferentes filosofías que los gurús han publicado o difundido, sin entender realmente la aplicación potencial que puede ejecutarse si tan solo se tuviera el conocimiento práctico de las mismas.
Soy uno de los primeros que considera que la calidad y las diferentes filosofías o metodologías son producto de la creatividad humana en función de la resolución de problemas de las organizaciones más allá de una transferencia de modelo de calidad que como receta de cocina o fórmula matemática generará un resultado semejante al de la organización modelo (o de aquella que se copia el modelo).
Considero que bajo la premisa "la empresa busca solucionar sus problemas", las escuelas que imparten la materia de calidad deberán de fomentar en el alumnado, programas que contribuyan al desarrollo de nuevos modelos que se adapten precisamente a la organización a la cual va dirigida la implementación de una filosofía o sistema de gestión de la calidad, con la finalidad de que una vez implementado el sistema, no dificulte y encarezca el costo de la aplicación del sistema de calidad, sino que al contrario, lo haga más eficiente, más dinámico y amigable al área gerencial y operativa de la organización.
Es importante así, que estas escuelas o las academias generen programas que fomenten la creativida, diseño y desarrollo de nuevos modelos que beneficien al sector productivo nacional con la finalidad de generar mayor productividad, competitividad y requerimientos de los clientes o usuarios finales de los productos o servicios que demanden.
MAN. Irvingh Alvarado
DIRECTOR EJECUTIVO